El precio del alquiler de un hogar en el barrio de los Cármenes ha aumentado en la última década un 46%. En el barrio limítrofe de Puerta del Ángel la subida ha alcanzado el 61%, en San Isidro un 42% y en Usera un 56%. La especulación avanza en Madrid como una mancha de petróleo, vaciando el centro de la ciudad, cambiando vecinos por turistas, subiendo los alquileres hasta ahogarnos.  Están propulsando e imponiendo un tipo de ciudad que no es para los ciudadanos ni las vecinas, un modelo que entiende la vivienda como un privilegio, como una mercancía con la que obtener grandes beneficios, no como un derecho básico para la vida. Una ciudad de clientes y turistas no de vecinos y vecinas.

 


El pelotazo de la Ermita del Santo solo va
a
agravar esta situación. El porcentaje de Vivienda de Protección Oficial prometida, un 27%, es humo y muy insuficiente. Por ley, la Socimi Desarrollos Ermita del Santo, impulsora de este proyecto especulativo, solo está obligada a ofrecer un 10%. A los 15 años las viviendas entrarán en el mercado y, de todas formas, antes de este plazo, el precio limitado será tan elevado que la mayoría de personas no tendrán oportunidad de acceder a ellas como ya ha sucedido en otros proyectos similares. Este pelotazo agrava los problemas de acceso a una vivienda digna que ya sufrimos. Por el camino, el resto de inmuebles de lujo inflan los precios, devoran los comercios de cercanía, aumentan el tráfico, congestionan más si cabe los colegios y hospitales, ya de por sí infradotados de recursos, expulsando a los vecinos y vecinas a otros barrios más alejados por el continuo crecimiento de los precios de alquiler, lo que rompe proyectos de vida y formas de comunidad vecinal.

Socimi Desarrollos Ermita del Santo no tiene proyecto de vivienda alguno; su proyecto es el dinero. Su máximo accionista, el venezolano Enrique Finol Gaulé, implicado en la trama de Panama Paper y Pandora, olvidará los servicios dotacionales, el cuidado de los parques y la calidad de vida del barrio. El pelotazo no mejorará la vida de los vecinos, sus consecuencias ya las estamos sintiendo antes de poner el primer ladrillo.

Este caso también evidencia cómo las Socimis son un instrumento financiero para facilitar los pelotazos urbanísticos y la especulación. Una figura moldeada por el PP de Mariano Rajoy, que no paga Impuesto de Sociedades, y cuya única función es la especulación.

Desde el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid llevamos años luchando por alquileres dignos y por un modelo de ciudad que ponga a las vecinas y vecinos en el centro. El pelotazo de la Ermita del Santo es todo lo contrario. Es una bomba de especulación cuyos efectos se van a notar en toda la ciudad. Por eso, desde el Sindicato de Inquilinas hacemos un llamamiento a las vecinas y vecinos de todos los barrios de la ciudad, a acudir a la manifestación del 26 de febrero contra entre este pelotazo y a unirse a esta lucha.

Juntas somos más fuertes. Juntas no hay pelotazo.